Cualquier empresa es un escenario donde las relaciones interpersonales juegan un factor decisivo en el logro de los objetivos empresariales, pues estamos conscientes de que el valor diferencial de los productos y/o servicios no recae ya en sí mismos, sino en cómo sean ofrecido a los clientes que los consumen.
Lo anterior deja bien claro que el desempeño del empleado influirá en la interpretación y posterior generación de valor que el cliente haga del producto hotelero y su servicio asociado. Es conocido que existe un factor altamente condicionante del desempeño final o conducta manifestada de un empleado frente a los clientes: el grado de relación que establezca con su líder, pues ha quedado demostrado que un gran porcentaje de trabajadores que eligen dejar sus puestos lo hacen debido a relaciones disfuncionales con estos.
Uno de los grandes desafíos para cualquier líder en una empresa es lograr una gestión relacional adecuada que le permita poder hacer que sus liderados quieran hacer las tareas que hay que hacer para poder alcanzar los objetivos propuestos.
El Neuroliderazgo es por tanto una valiosa herramienta, que ofrece a los líderes, valiosos vectores de información provenientes de las Neurociencias Aplicadas que les permitirá:
1-Comprender que el líder es ante todo una fuente generadora de estímulos sensoriales atencionalmente significativos para sus liderados por lo que estará siempre en el centro del foco atencional de estos.
2-Comprender que esos estímulos serán evaluados por estos generando dos tipos de respuestas específicas: aversivas (rechazo) o apetitivas (aceptación).
3-Comprender que el tipo de respuesta generada dependerá del constructo o esquema mental de sus liderados, el cual es único y diferente para cada uno de estos.
4-Comprender que ese constructo mental está condicionado por las experiencias previas que cada liderado ha vivido.
5-Comprender que cada liderado suyo tiene un sistema de representación de su realidad que no siempre coincide con la del líder y esto condicionara el grado o nivel de comunicación y por ende de relación entre ambos.
6-Comprender que detrás de cada conducta manifestada por sus liderados subyace una intensión positiva o ganancia secundaria.
7-Comprender que los circuitos cerebrales involucrados en la motivación y en la recompensa son los mismos, por lo que la existencia de ambas es excluyente.
8-Comprender que las conductas esperadas de sus liderados afloran más fácilmente en condiciones de atmosferas emocionalmente congruentes con estas.
9-Comprender que sus liderados no son solo seres trabajadores, sino que, principalmente son seres humanos que van a la empresa a trabajar.
10-Comprender que sus liderados tienen objetivos en sus vidas los cuales deben de coincidir con los objetivos empresariales para que se puedan comprometer con estos.
La transformación del líder en neurolíder se logra cuando este es capaz de comprender que su rol es guiar a un conjunto de unidades cuerpo-cerebro-mente (liderados) que interactúan en un medio ambiente determinado (empresa) hacia la consecución de objetivos, los cuales deben de ser presentados como estímulos sensoriales de gran carácter saliente (atencionalmente relevantes) y recompensantes.
Por otro lado, el nivel o grado de relación que el neurolíder pueda alcanzar con sus liderados tiene un carácter individual pues debe de conocer cuál es la personalidad de cada uno de estos para poder establecer estilos de liderazgos que se adecuen a cada uno.
El neuroliderazgo representa una gran ventaja para todo líder pues le permite establecer sistemas de relaciones validas, duraderas y transparentes con sus liderados haciendo el camino hacia el cumplimiento de los objetivos empresariales más fácil y sostenible, abriendo las puertas al éxito.
Por: Osvaldo Torres especial para Online Plus