Santo Domingo, RD.- El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), en su reunión de política monetaria del mes de septiembre de 2022, decidió aumentar su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 25 puntos básicos, de 8.00 % a 8.25 % anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) pasa de 8.50 % a 8.75 % anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight), de 7.50 % a 7.75 % anual.
Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía, especialmente de las presiones inflacionarias. Con relación a los factores externos, recientemente se ha registrado una moderación en los precios de las materias primas, particularmente del petróleo y de los alimentos; así como en los costos del transporte de contenedores, que han pasado de un máximo de unos US$20 mil por contenedor desde puertos del continente asiático en el año 2021 hasta un promedio mundial de aproximadamente US$4 mil por contenedor en la actualidad. Por otro lado, la inflación continúa influenciada por los efectos de segunda vuelta de estos componentes externos y por presiones de demanda interna, en la medida que se mantiene el impulso de la actividad económica.
En ese contexto, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) se ubicó en 0.21% durante agosto de 2022, la más baja en los últimos 27 meses. De esta forma, la inflación interanual continúa su convergencia gradual al rango meta de 4 % ± 1 %, al desacelerarse de un máximo de 9.64 % en abril a 8.80 % en agosto. Asimismo, la inflación subyacente interanual, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, comienza a dar señales de moderación, al pasar de 7.29 % en mayo a 7.12 % en agosto.
Los incrementos realizados en la TPM, junto a la reducción de las expectativas de inflación, han provocado que la tasa de interés real interbancaria se encuentre aproximadamente un punto porcentual por encima de su nivel neutral estimado. Asimismo, se evidencia una desaceleración significativa de los agregados monetarios y un aumento importante en la tasa de interés pasiva. Por otro lado, el incremento en la tasa de interés activa ha sido más gradual, manteniéndose por debajo de los niveles previos a la pandemia.
En este escenario activo de política monetaria, se prevé que la inflación continuaría desacelerándose en los próximos meses, convergiendo al rango meta para mediados del año 2023. En ese contexto, el BCRD estará dando seguimiento permanente a las condiciones financieras externas y a las expectativas de los agentes económicos, para tomar las medidas necesarias que permitan mantener la estabilidad de precios.
Es importante destacar que, esta decisión de incrementar la TPM en 25 puntos básicos considera que el BCRD inició de manera preventiva el proceso de restricción monetaria a finales del año 2021. Esta reacción oportuna ha contribuido a la moderación de la inflación y ha otorgado el espacio para que se realicen ajustes más graduales en la tasa de política, a diferencia de lo observado en la mayoría de las economías avanzadas y emergentes.
En el entorno internacional, se mantienen los altos niveles de incertidumbre, debido principalmente al enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, provocando un deterioro de las proyecciones económicas globales. En ese sentido, los pronósticos para el crecimiento mundial se han revisado a la baja hasta ubicarse en 2.6 % en 2022 según Consensus Forecasts, mientras permanecen elevadas las perspectivas para la inflación internacional.
En Estados Unidos de América, nuestro principal socio comercial, el crecimiento se ha desacelerado, previéndose una expansión de 1.7 % para este año, según Consensus. Por otro lado, la inflación interanual comienza a moderarse al pasar de 9.1 % en junio a 8.3 % en el mes de agosto, aunque aún supera más de cuatro veces a la meta oficial de 2.0 %. En este contexto, la Reserva Federal incrementó la tasa de referencia en 75 puntos básicos (p.b.) en septiembre, acumulando un aumento de 300 p.b. durante este año, a la vez que indicó que serían necesarios ajustes adicionales en lo que resta de 2022.
En cuanto a la Zona euro, las previsiones económicas están siendo afectadas por el referido conflicto bélico, proyectándose una expansión de 2.9 % en 2022; mientras que la inflación ha alcanzado 10.0 % en septiembre, la más alta en la historia de este bloque de países. En ese contexto, el Banco Central Europeo en su última reunión incrementó su TPM en 75 p.b., acumulando un aumento de 125 p.b. en el año y ha anunciado aumentos adicionales en los próximos meses. Asimismo, el Banco Central de Inglaterra ha incrementado su TPM en 200 p.b. en el transcurso de este año, esperándose ajustes adicionales en lo adelante debido a mayores perspectivas inflacionarias y el deterioro de las expectativas económicas.
En América Latina, casi todos los bancos centrales han incrementado significativamente sus tasas de política monetaria ubicándolas por encima de los niveles previos a la pandemia, como es el caso de Argentina (tasa de referencia en 75.00 %.), Brasil (13.75 %), Chile (10.75 %), Uruguay (10.25 %), Colombia (10.00 %), México (9.25 %),Costa Rica (8.50 %), Paraguay (8.50 %), Rep. Dominicana (8.25 %), Perú (6.75 %), Nicaragua (6.00 %) y Guatemala (3.00 %).
En el entorno doméstico, la economía dominicana continúa expandiéndose por encima de su potencial, al crecer de forma acumulada en 5.5 % durante los primeros ocho meses de 2022, luego de una variación interanual de 5.4 % durante el mes de agosto. Tomando en consideración el impulso que mantiene la demanda agregada, las proyecciones de crecimiento económico para el cierre del año 2022 se han revisado ligeramente al alza, ubicándose entre 5.0 % – 5.5 %, una de las expansiones más altas entre las economías de la región. Como reflejo del dinamismo económico, el crédito privado en moneda nacional está creciendo por encima del 14 % interanual al cierre de septiembre, similar a la expansión del PIB nominal.
En cuanto a la política fiscal, se destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, lo que otorga el espacio necesario para aplicar subsidios orientados a mitigar el impacto de los mayores precios internacionales de las materias primas sobre la producción nacional y los hogares; así como para la asistencia a las provincias afectadas por el paso del huracán Fiona.
Por otro lado, se ha observado una apreciación acumulada de 7.6% del tipo de cambio al cierre de septiembre, como resultado del dinamismo de las actividades generadoras de divisas (turismo, exportaciones, remesas e inversión extranjera directa) y de las mayores entradas de capitales, cimentadas en los buenos fundamentos macroeconómicos de la República Dominicana. En ese contexto, el Banco Central ha realizado compras netas de divisas por unos US$ 1,500 millones durante los últimos cuatro meses con el objetivo de evitar una caída abrupta del tipo de cambio y de mantener elevados niveles de reservas internacionales.
Es importante resaltar que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para continuar enfrentando el choque adverso, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y la resiliencia de los sectores productivos. El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, encontrándose preparado para adoptar medidas adicionales ante factores que puedan poner en riesgo la estabilidad de precios.
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