Se estima que la producción de alimentos genera aproximadamente un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Nuestro gráfico, basado en los datos de un estudio recogido por Our World In Data, ofrece una visión general de las emisiones de estos gases asociadas a la producción y el transporte de una selección de productos alimenticios y bebidas. Estas cifras ponen de manifiesto la huella medioambiental de ciertos alimentos, especialmente los productos cárnicos.
Huella de Carbono
En general, los productos animales, y en particular la carne, tienen una mayor huella de carbono que los productos vegetales. De los alimentos seleccionados en el estudio, el filete de ternera es el que más gases de efecto invernadero emite en su producción, con casi 130 kilogramos de CO2 equivalente por kilogramo. Por otra parte, su elaboración también consume grandes cantidades de agua dulce, la llamada “huella hídrica”.
Sin embargo, no sólo los productos animales tienen una huella de carbono alta: el café instantáneo y el chocolate negro, por ejemplo, emiten entre 20 y 30 kilogramos de CO2 equivalente por kilogramo, una huella similar a la de producir queso parmesano. Entre los que menos emiten están el pan, las bananas y las patatas, que producen cada uno menos de un kilo de CO2 equivalente por kilo.
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